PORQUE TODOS TENEMOS ANTOJOS

jueves, 3 de noviembre de 2011

La rehén

La habitación era confortable.
Alfombras mullidas, paredes limpias, cortinas claras que anunciaban la luz del sol en la mañana.
Sin embargo, la jaula de vidrio era pequeña y transparente, con unos orificios que apenas dejaban pasar el aire necesario para mantenerla viva.
Sus muñecas estaban unidas por delante de su cuerpo, apretadas por una soga invisible, gruesa y fuerte.
Tenía un antifaz y una mordaza cruel que no la dejaba hablar.
La cabeza la podía mover para arriba y para abajo. También hacia los costados, por supuesto.
Los pies estaban libres, pero ya se habían agotado de caminar en círculos.
Cuando estaba muy cansada, se hacía un bollito y si uno la miraba detenidamente hasta se creería que estaba durmiendo.
Eso sí, no tenía ni frío, ni hambre, ni calor, ni sed.
Por eso seguía viva.


A la mañana, Aurora se despertaba, se duchaba y se arreglaba para ir a trabajar.
Como todos los días a la misma hora, tomaba el colectivo que la llevaba a su oficina.
Y siempre, absolutamente siempre, soñaba despierta pensando que tal vez, cuando volviese a la noche a su casa, encontraría una caja de vidrio vacía, una cerradura rota y una atadura invisible desparramada en la alfombra de su habitación.



5 comentarios:

  1. También se podría llamar, por ejemplo, Juan o José o como les guste.
    Para el caso el lo mismo.

    ResponderEliminar
  2. Lau, casualmente hoy me quedé observando mientras hablaba con un proveedor, una pequeña jaula decorativa que tenemos en el showroom. Y pensé ¡Qué feo adornar con el encierro! Ahora leo tu historia y me sentí representada en algunos momentos de la vida. Todos fuimos enjaulados alguna vez, voluntaria o involuntariamente.

    ResponderEliminar
  3. Exacto Vane. Y hay gente que jamás saldrá de ese encierro. Una pena.
    Pobres los cobardes.
    Gracias!

    ResponderEliminar
  4. Aurora se puede llamar Juan o José?
    No, Aurora es un buen nombre.
    Ya anuncia lo que vendrá.
    Por un momento pensé que se venía un sado. bueno en realidad es un sometimiento.
    hay una canción, un blues viejo, que deriva, creo yo, de un encierro similar. No es muy auspiciosa, sin embargo, puede servir de catarsis.
    Por acá http://www.youtube.com/watch?v=ytVww5r4Nk0&feature=player_embedded

    No será aurora victamaria tambien?
    No habrá otro cuento lúgubre, como en el tríptico anterior, que haga visualizar ese encierro como provocador de otro encierro?

    ResponderEliminar

Acá nos tratamos con respeto.