PORQUE TODOS TENEMOS ANTOJOS

miércoles, 25 de enero de 2012

Fantasmas

Por culpa del sol que me daba en la cara, mis ojos maquillados se entrecerraban, espiando por obligación.
Hacía rato que no me detenía a escuchar los ruidos de la calle. Me gusta cuando el sopor de la siesta los hace alejar, como si fueran una ilusión sonora.
Ecos, ecos…
En ese momento siento que mi cuerpo se aleja, que se va por un rato.
Que vuela hasta allá, como un ave (¿Qué pájaro te gustaría que sea? Nunca me lo dijiste…) Y así, con alma de ave y cuerpo de hada me quedo cerca tuyo, cuidándote, lamiendo las heridas, en silencio.
Lo mejor y más disfrutable es que ni siquiera sospechás que estuve con vos.
Me levanto, agarro mis cosas y me voy.

Después vuelvo, ¿si?