La saliva se acumula en los costados de la lengua serpenteante.
Se desliza hasta la punta de esa lengua desplegada y un hilo de baba
lento,
continuo,
vivo,
caliente,
nutritivo,
primigenio
cae hasta la boca que desde abajo espera
abierta,
desesperada,
incompleta,
sedienta,
excitada,
enamorada.
Sos como un pichón hambriento esperando su maNá.