La joven de jeans ajustados y zapatillas se acomodó el cabello antes de levantarse. Luego miró que todo estuviera dentro del bolso, se ajustó los auriculares a los oídos y se paró rauda. Se dirigió hacia la puerta del vagón y se quedó unos segundos esperando que el tren frene y se abran los accesos.
El señor de traje prolijo y sobretodo miraba hacia fuera. Parado muy erguido al lado de una de las puertas, tenía los brazos cruzados y un rictus indefinido, mezcla de resignación y asco. Llevaba el aún abundante cabello canoso hacia atrás, bien peinado. Unos delgados bigotes grises bordeaban su labio superior.
La joven se detuvo a unos veinte centímetros de él, brindándole todo su perfil de niña.
El hombre que le triplicaba la edad le clavó la mirada en el rostro y se quedó mirándola, escudriñándola como si fuera a devorarla.
Sus ojos se entrecerraron, apenas. Se podía adivinar la lascivia.
Asimismo, continuaba con el extraño rictus, pero su mirar había cambiado.
Ya no existía el desinterés, no.
Parecía que el tiempo estaba detenido.
Un pintor bien podría haber retratado la escena.
Más aún, un escultor hubiese tenido tiempo de moldearla con sus manos.
La muchacha seguía ajena al hombre, con la mirada clavada en la ventana y los auriculares en sus oídos.
Luego el tren se detuvo, se abrieron las puertas y el mundo comenzó a girar.
La chica de jeans ajustados se bajó y el hombre de traje prolijo la siguió con la mirada hasta que la perdió en las escaleras y el tren arrancó.
A pleno sol, un gato agazapado no podía controlar su mandíbula temblorosa mientras miraba un gorrión que jugaba con unas migas de pan en el andén del frente.
Y todos te hablaban de cuerpos. Mientras yo te contaba mi corazón.
ResponderEliminarNunca supe si me escuchabas entre el ruido.
la bala que disparó el poema
ResponderEliminarperforó el corazón
de flores y de besos
el dinosaurio
se ajusta la corbata
ahogado de lascivia
mejor sería así:
ResponderEliminar(a mi me inspira esto, lo escrito por vos Lau que esta muy bueno y también otras cosas que pasan, muy buenas)
Me gustaría decir que es tango
mas bien
EStangoZANDO (como dijo un rosarino: El Tomi)
la mano armada de Poema
calibre 45,
aprieta precisamente el gatillo
perforando corazón
con yerberas destellantes
y besos empedernidos
el dinosaurio infame
afloja la corbata
ahogado en los humores fétidos
de su lascivia de alcantarilla.
tomá
ZORRITO, hay tanto ruido... me es difícil escuchar y ver y tocar y olor. Pero quiero. Juro q quiero.
ResponderEliminarGracias.
JNT, veo q anda comprometido con la milonga.
Lastima bandoneón, tu corazón...
Gracias.