Mil veces llego a lugares en donde despierto de mi ensueño y al mirar me doy cuenta que no hay manera de explicarme cómo llegué hasta ahí.
Entonces empiezo a caminar más derecha y decidida, deseando que nadie se haya dado cuenta que mi mente estaba a años luz de distancia.
Me dejo llevar por el torbellino de gente y miro a ambos lados, eliminando toda sospecha.
Y sigo.
Hay veces que pienso que llegaré a una casa que no conozco, besaré a un niño que no es mio y al acostarme tendré sexo tranquilo con un extraño.
Por suerte, siempre aparece un unicornio que me devuelve a la realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Acá nos tratamos con respeto.