La saliva se acumula en los costados de la lengua serpenteante.
Se desliza hasta la punta de esa lengua desplegada y un hilo de baba
lento,
continuo,
vivo,
caliente,
nutritivo,
primigenio
cae hasta la boca que desde abajo espera
abierta,
desesperada,
incompleta,
sedienta,
excitada,
enamorada.
Sos como un pichón hambriento esperando su maNá.
Es muy lindo
ResponderEliminarmucho
Que rico !
ResponderEliminarQuedo impactado con esa escena tan animal, como la de reconocer al otro en los aromas corporales.
Que lindo es sentir la pasión ciega, cuando el cuerpo manda y los sentidos exaltados marcan el rumbo.
Saudades.
Y los folículos pilosos de cada falange recorrieron todo poro despierto rogando un trozo de pan que sacie la inclemencia y el hambre del corporal karma.
ResponderEliminarCJS.
(Evidentemente los grasas nos divertimos mucho más).